La Armada de Potter
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Por que las Enfermeras no dejan de pensar en el Doctor Cullen

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Mensaje por Prongs_Kirkland Sáb Mar 14, 2009 12:56 pm

Era una mañana común y corriente en un pequeño pueblo alejado de la mano de Dios, en un país consumista y capitalista que regia a casi todo el mundo. Bueno este pueblito desolado y extremadamente frío tenía un nombre y era Forks.

Como en cada pueblo de este país desarrollado que explotaba todas nuestras ideas y que ahora tenía un mejor mandatario ya que el último era un abusador del poder, había un hospital, para que todos los habitantes se atendieran hay.

Bueno… si dije común y corriente, creo que me tendré que tragar esas palabras, ya que ese día no prometía ser para nada normal, de hecho, aquel día llegaba un nuevo doctor a las instalaciones, y no uno cualquiera, si no que uno proveniente de Alaska, alrededor del cual, se tejían un millón de “cotilleos”.

Aquél día llegaría al hospital un doctor de “30 años” llamado Carlisle Cullen.

Esto tenía revolucionada las hormonas de todas las jóvenes enfermeras que hay trabajaban, todas de la misma promoción de la Universidad y mismas locuras que pasaban por su cabeza, las cuales ahora reposaban en los sillones de la sala para Enfermeras del Hospital.

-Dicen que es rubio- decía una castaña a las otras mujeres.

-Y que sus ojos son dorados- comentó una pelinegra de ojos cafés.

-Y que tiene un “excelente” cuerpo- añadió una castaña chocolate de cabello corto.

-¡Chicas dejen de hiperventilar!- exclamó la que parecía ser la jefa de las enfermeras, una joven de cabello oscuro y sonriente.

- ¡Hay!- suspiró otra pelinegra- Paula, si todo el mundo sabe que lo quieres conocer.

-Bueno…yo…¡no digas estupideces Daniela!.

- ¡Pero Paula!, si es la verdad, ¿para qué te enojas?- preguntó la primera castaña.

- ¡No estoy enojada querida Fer!- dijo “enojada” Paula- es que su hiperventilación es mucha

-Por nada Fer es la más hiperventilada de aquí- rió la chica de cabello corto mientras se ponía un distintivo que decía María y le pasa uno igual con el nombre Rebecca a las otra chica- ¿no es así?

-Cállate cuñada- Siseó Fer.

De pronto la puerta se abrió, terminando con al calma momentánea, y por ella entraron dos chicas, con el pelo tomado pero desordenado, y ambas tratando de recuperar las respiración por su breve carrera.

-¡Esta…aquí!- dijo una de ellas. Las dos chicas era diferentes entres sí, la primera era bajita y su cabello era claro, un poco corto y se parecía un poco a Paula, ya que esta era su hermana, la otra, por el contrario tenía el cabello visiblemente más largo y de color oscuro, también era más alta.

-¡OMG!- exclamaron las cinco enfermeras.

- ¡Ya llegó! No lo puedo creer- comenzó a saltar María- Paula ¡¿PUEDO CONOCERLO?! DI QUE SÍ

-¡YO TAMBIEN LO QUIERO CONOCER!- alegó Daniela

-Y YO- exclamó Rebecca

-NO ME QUITEN MI PUESTO, YO TAMBIEN LO QUIERO CONOCER

-¡CALLENCE!- gritó Paula- bien, ahora ninguna de ustedes puede estar así de hiperventiladas si van a conocer al supuesto “metro-sexual” que es el nuevo doctor, así que cálmense.

Las jóvenes tomaron aire y trataron de mantener la compostura

-Bien, Fer, Becky y Cuñada…

-¡HEY!- exclamó María pero fue ignorada.

-Ustedes escoltaran al doctor a su oficina- De inmediato las tres chicas desaparecieron corriendo más rápido que si un Dementor las persiguieras y quisiera chuparles el alma.

-O.O Danii, tu te encargaras de que ninguno de los “hombres” de este hospital se entrometa.

-¡Pero yo quiero conocer al Doctor!

-Lo conocerás luego- dijo ya irritada Paula, luego se volteo a ver a las dos últimas enfermaras y las mandó a cuidar de los enfermos.

-Entonces yo, tomo estas carpetas y muy disimuladamente voy y se las doy al nuevo médico.

Y salió por la puerta demorándose un poco y cantando Lady Marmalade.



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Mensaje por Prongs_Kirkland Sáb Mar 14, 2009 12:59 pm

Pasillo de la Oficina del Doctor Cullen.



-Es muy amable de ustedes acompañarme a la oficina- dijo una voz terriblemente sensual, encantadora y perfecta cuyo poseedor era un hombre aparentes “30 años”, de cuerpo perfecto, de cabello rubio dorado, ojos topacio, piel tan blanca como la nieve y sonrisa…grrrr.

Aquel hombre vestido como el más sexy de los médicos (ni los de las series de TV se le igualaban) era el famoso y sexy Doctor Carlisle Cullen.

-No hay problema- contestó Fer con un hilo de voz, aun que ella era orgullosa, no podía negar que aquel hombre si que era una bomba sexual.

-Sólo hacemos nuestro trabajo- dijo esta vez Rebecca sonrojada.

-Queremos que este cómodo aquí- siguió María, quien si veía de nuevo sonreír a aquel hombre se desmayaría.

El Doctor paró en seco y las jóvenes que iban tras él casi chocan con su sexy espalda.

-Lo siento- se disculpó el médico sonriente, a las tres jóvenes se les paró el corazón al mismo tiempo “inhala, exhala, inhala, exhala” pensaban a coro.

-No se preocupe Doctor Cullen- dijeron estas con los ojos en forma de corazón.

-Por favor, llámenme Carlisle.

-Carlisle- asintieron sin decir nada coherente.

Entonces una ventana, azotada por el fuerte y frío viento de Forks se abrió, haciendo que una brisa gélida recorriera el pasillo, desordenado los cabellos del médico. Carlisle se llevó instintivamente la mano derecha su cabello para evitar aquello.

Las luces del lugar de pronto se apagaron, sólo dejando encendida la que estaba arriba del doctor, y de una sala, nadie sabe cual con exactitud comenzó a sonar un coro de ángeles.

“¡NO ES UNA ESTRELLA DE CINE DE HOLLYWOOD ES UN DIOS!” pensaron las jóvenes viendo al hombre sonreír, pero, todo tiene un pero en la historia, cuando pensaban que estaban en el séptimo cielo, alguien, un compañero de trabajo, les rompió la burbujita de placer en la que estaban.

-Hola chicas- saludó un hombre de cabello oscuro, piel clara y unos extravagantes lentes de colores verde y azul fosforescentes, además vestía bata de médico.

-Hola Martín- saludaron ellas fulminando al chico con la mirada.

-Chicas se las necesita en Urgencias, parece que un niño handa vomitando y necesitan más personal, por favor vayan- dijo el joven de sin dejar de sonreír. La verdad es que Martín sólo quería arruinarles aquel momento para divertirse un poco, por nada era un Slytherin encubierto.

-Pero, Paula dijo que acompañáramos al Doctor Carlisle a su nuevo despacho, querido Martín- dijo Rebecca en al defensa de las tres y sus sueños con el sexy Doctor que estaba a su lado.

-Yo hablo con Paula- alegó este

-Pero…- comenzaron Fer y María, mas alguien las interrumpió.

-Por favor, vayan a urgencias, puedo llegar a mi despacho solo, luego podremos charlar.

Las jóvenes ante la petición de Carlisle, la cual evito que ellas mataran de manera cruel a Martín, asintieron embobadas, se despidieron y se marcharon a Urgencias no sin antes pensar “Maldito ABC1”



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Mensaje por Prongs_Kirkland Sáb Mar 14, 2009 1:00 pm

Knoc Knoc



Paula estaba afuera del despacho del Doctor Cullen con el corazón palpitándole a mil por hora, acababa de tocar la puerta del doctor y lo único que quería era verle la cara a ese sexy hombre que era nuevo en el lugar, tal vez le podía mostrar la localidad…

-Adelante- se escuchó una voz del interior de la oficina. Una muy sexy y esplendida voz.

“Respira Paula” pensó la joven “Ya sabes que a ese trío le gusta hacer bromas, ¡SI JUEGAN CON ESTO LAS MATO!!

Con ese último pensamiento homicida en su cabeza, Paula entró despacio al despacho del famoso medico, con unas carpetas de colores verde y plata, los colores de la casa Slytherin.

“¡OH-MY-GOD!” fue lo que cruzó por la mente de la joven enfermera al encontrarse con aquel hombre.

Paula se dio cuenta de que a la descripción de la merodeadoras le faltaba muchísimo, ya que este hombre no parecía ni por asomo estrella de cine, Era un dios heleno bajado desde el mismo Olimpo. Adonis en persona sonriendo de manera tan… grrrr.

“BABA... ¡¿Qué?!¡NO! Paula concéntrate… respira y sonríe, sip así mismo, tú eres Sharpay, tú puedes, eres bonita he inteligente, ahora no lo arruines cuando abras la boca” pensaba la joven auto-instruyéndose, pero todo lo se había dicho se le olvido al verlo vestido de aquella manera.

Su bata de médico estaba colgada en un perchero a un costado de la puerta, de manera prolija.

El Doctor Cullen vestía una fina camisa color verde oscuro y pantalones negros de tela. Una sexy camisa verde y unos muy sexys pantalones negros y una sexy corbata que combinaba con la camisa y unos sexys zapatos para complementar su perfecta y sexy vestimenta.

“Tengo que dejar de pensar que todo es sexy si no quiero acabar como Fer diciendo que el Sauce boxeador es sexy por sus movimientos….pero es que el esta tan grrrr ¡CONCÉNTRATE PAULA!”

Miró al doctor, quien estaba escribiendo unos papeles o firmándolos con una elegante y carísima pluma.

“El Doctor Cullen se anota otro gol” Pensó Paula, al darse cuenta de que el hombre no era un pobretón

-¿Necesita algo Señorita?- Preguntó amablemente Carlisle sonriéndole a la hiperventilada mujer “A ti” pensó Paula “Vale, vale, concertación”

-Esto…soy Paula, la enfermera titular del Hospital y le traía unos documentos con las fichas de sus pacientes, Doctor Cullen- dijo rápidamente Paula, tratando de no sonar nerviosa ni alarmada ni avergonzada o lo que sea.

-¡OH! Un gusto srta. Paula, yo soy Carlisle Cullen, como ya sabrá, le agradezco por traerme las carpetas con los archivos- dijo el Doctor levantándose y tomando las capetas de las manos de Paula.

La joven enfermera, que de por si ya estaba nerviosa, rozó sus manos con las de el guapo y perfecto cirujano, hay se dio cuenta de que Carlisle tenía las manos frías y duras como el hielo, pero a la vez suaves como el terciopelo. Solo una palabra las describía a la perfección. Mármol.

-Us-ted tiene las manos frí-frías- tartamudeó Paula sonrojándose.

-soy de presión baja- contestó el profesional, riendo musicalmente, disfrutando de algún chiste privado.

“Morí y fui al cielo, por que tengo un ángel frente a mí, que metro sexual ¡HECTOMETRO SEXUAL!”



Bibibip Bibibip Bibibip



“Beeper de mierda” pensó Paula, cuando aquel irritante sonido interrumpió su momento especial con el médico.

Ambos profesionales miraron sus Beeper.

El de Paula decía “Estamos que matamos a Martín por lo que nos hizo” claro mensaje de las merodeadoras. Mientras que el de Carlisle decía. “Se necesita su presencia en urgencias” otro muy claro mensaje de ese trío mas Carlisle al ser “Nuevo” en Forks no se había dado cuenta de que eso era un trampa para caer con las merodeadoras.

-Será mejor de que vayamos a Urgencias- dijo Carlisle. Paula sólo asintió embobada “VOY A ASESIANAR A ESE TRÍO” pensaba la mujer.

Ambos salieron de la oficina en silencio, Carlisle pensaba en cual sería la emergencia tratando de suprimir unas cuantas imágenes de ciertas personas cometiendo algo, que si bien a él no le gustaba, era su elección.

Paula por su lado pensaba en cual sería la mejor manera de entablar una conversación con aquel hombre.

Llegaron pronto a los ascensores, y esperaron de nuevo en silencio a que su transporte llegara al su piso.

La lucecita que indicaba que el ascensor estaba en su piso se encendió y las puertas de metal se abrieron.

-Las Damas primero- dijo Carlisle con su voz irresistiblemente caballerosa.

-Gracias- articuló Paula con dificultad.

Ya en el ascensor pulsaron el número del piso de urgencias y esperaron con la musiquita en silencio.

De pronto una idea un tanto extrema surgió en la mente de la enfermera titular.

Se acerco disimuladamente al panel de botones quedando de espalda a este, con su pulgar logró encontrar el botón de “Stop” y logró presionarlo haciendo que el ascensor se estremeciera dejándolos atrapados en el.

Producto la sacudida Paula perdió el equilibrio cayendo, pero Carlisle con una velocidad increíble logro sujetarla antes de que se estampara contra el piso.

-Estamos atrapados- murmuró Carlisle preocupado. “¡¿Por qué a mí?! Pensó el pobre hombre.

-Sí- dijo Paula “¡ASÍ SE HACE BIEN HECHO!” gritaba su conciencia llena de orgullo por lo que acaba de lograr. Ni las Merodeadoras habían sido capaces de lograr aquella proeza. Estar “atrapada” con el SEXY Doctor Carlisle Cullen.

Paula se acercó más al médico, Carlisle parecía preocupado por lo que se avecinaba, ya intuía lo que la chica quería así que se trataba de alejar de ella arrastrándose por el suelo “muy” disimuladamente.

Carlisle había logrado que dar atrapado entre la pared y Paula quien tenía una sonrisa seductora en los labios.

-¡Oh no!- murmuró en un susurró poco audible Carlisle Cullen

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Mensaje por Prongs_Kirkland Sáb Mar 14, 2009 1:02 pm

Tres Horas después…



Bomberos, policías, enfermeras, doctores, electricistas y arquitectos estaban en el Hall principal del Hospital de Forks tratando de resolver la falla en el sistema de ascensores que tenía atrapados entre los pisos dos y tres a el nuevo Doctor, Carlisle Culle y a la enfermera titular Paula Salas, hace exactamente tres horas.

-¡Paula si que tiene suerte!- exclamó Daniela a las otras enfermeras.

-Si- suspiraron a coro.

-Maldita suertuda, tendrá que contarnos lo que sucedió hay dentro- refunfuñaba Fer viendo a los bomberos jóvenes trabajar.

-Es lo que nos toca no más- corroboró Rebecca.

-Ya cállense que me viene la… ¡ay!- María había tropezado con un cable cuando caminaba hacía tras, pero fue rápidamente sujetada por la cintura por unos fuertes, duros, fríos y perfectos brazos.

De inmediato el corazón del enfermera se aceleró a mil por hora. Se volteó para ver a su salvador y se topo con el hombre más perfecto, sexy, guapo, sexy, hermoso, sexy, admirable, sexy, maravilloso y sexy del mundo.

Era un hombre de no más 23 años, de cabello cobrizo, y ojos dorados como la miel, bastante profundos. Sus facciones eran todas simétricas y por que no decir que su cuerpo era perfectamente alto y proporcionado.

“¿Acaso los Dioses griegos invaden Forks?” pensaban todas las enfermeras que observaban la escena, sobre todo María, que parecía un tomate.

-Lo-lo sien-to- tartamudeó la pobre chica viendo al hombre que tenia una sonrisa extraña en los labios como si estuviera viendo algo que ella no alcanzaba a comprender.

-No hay problema- “¡OH-MY-GOD QUE VOZ TAN PERFECTA!” Puro terciopelo era su voz, suave y exquisita.

El hombre la soltó de la cintura y se la quedó viendo. “Me voy a desmayar aquí mismo”.

Aquel Dios sonrío divertido, pareciera que disfrutara de un chiste privado.

-Me enterado de que mi padre esta atrapado en aquel ascensor- dijo el chico apuntando a los ascensores- Me llamo Edward Cullen.

-Eee…sí, emmm… Soy María Zúñiga, enfermera de aquí, ¿No deberías estar en al Universidad o trabajando?

-¿Yo?- rió Edward de manera melódica haciendo que todas las mujeres estuvieran a punto del colapso- yo voy al Instituto, tengo “16 años”- volvió a reír de manera melódica.

-OH- “¡MIERDA, MIERDA, MIERDA, SIEMPRE ES LO MISMO…O ESTAN CASDOS O SON CURAS O SON GAY O SON MUY JOVENES!” pensaba María furiosa de aquello.

Y todas las enfermeras que había suspirado con tener algo con Edward Cullen quedaron decepcionadas, y más con enterarse de que aquel hombre de “30 años” tenía un hijo en el Instituto.

-Somos adoptados- explico Edward ante la pregunta de mental de María, tras él aparecieron dos hombres más uno rubio y otro de cabello castaño, ambos altos y de contextura musculosa aunque el castaño parecía más amenazador que el rubio, ambos acompañados por dos mujeres, una pequeña de cabello corto y negro con apariencia de duendecillo y la otra alta rubia y perfecta.

El rubio estaba junto con la pequeña niña mientras que el castaño con la de cabello rubio.

“Y el Olimpo se muda a Forks! Pensaron las enfermeras. Por último llego una mujer de la misma edad del Doctor Cullen, de rostro maternal y bondadoso.

-Holas- saludó la mujer- Soy Esme Cullen la esposa de Carlisle, vine en cuanto pude.

“¿ESPOSA?” es que nada podía salirle bien a las enfermeras Forks.

-esto…

-YA LO LOGRARON HACER FUNCIONAR- gritó Catalina, una de la las jóvenes enfermeras.

Las puertas no tardaron en abrirse y por ellos aparecieron Carlisle Cullen bastante tranquilo y Paula con la decepción en el rostro.

EL primero fue directamente a besar a su esposa mientras que Paula fue con sus amigas.

-Él es…-comenzó casi llorando

-Casado y con hijos- completaron las demás viendo a la Happy Family de lo mejor.

-Buenos, aun así no podemos dejar de pensar en él- comentó Rebecca suspirando.

-O observarlo a escondidas- siguió María

-Es lo mejor que le a pasado a Forks en años- siguió Fer- Saben, parece que los Quileutes ya no se atenderán aquí

-¿Por qué?- preguntaron las demás

-No lo sé, pero creo que tiene algo que ver con los Cullen ¿Qué será?



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POV Carlisle



Había sido un primer día agotado en el Hospital de Forks, Enfermeras acosadoras, un ascensor descompuesto, adolescentes que se enfermaban por verme, en fin un agotador día.

Conduje mi Mercede Benz S55 AMG negro hasta mi hogar a las afueras del pueblo a toda velocidad.

Pronto llegue a mi casa. La Misión Cullen se levantaba aquí desde que habíamos venido a vivir aquí en los 30´ y aun permanecía tan imponente como siempre.

Esme mi dulce esposa ya estaba en el pórtico para recibirme, se acercó a velocidad vampírica a mí.

-Hola Amor- la salude besándola en sus suaves labios

-Hola ¿Cómo estuvo tu día corazón?- me preguntó

-Agotador- suspiré y ella río.

Entramos a la casa y todo estaba como siempre había sido en los últimos sesenta años.

Alice estaba comprando cosas por Internet mientras que Jasper leía un libro de la Guerra Civil maldiciendo a los Yankees de vez en cuando. Lo de Confederado todavía lo tenía en la ponzoña.

Rosalie y Emmett habían ido a estrenar su nueva cama, mientras que Edward tocaba el piano lo más fuerte y lúgubremente posible para evitar oír los pensamientos de sus hermanos.

-Hola papá- saludaron los chicos, sin quitar la vista de lo que hacían.

-Hola chicos- los saludé.

Con Esme fuimos hasta la cocina para tener algo más de intimidad.

-Edward dijo que las enfermeras estaban locas por ti- comentó un poco ¿celosa? OH mi Dios Esme es tan sexy cuando esta así.

-¿En serio dijo eso?- pregunté haciéndome el inocente…tal vez hice algo a propósito para que esta noche en Forks fuera especial con Esme.

-Sí, y Jasper dijo que la lujuria de ese Hospital se podía cortar con un cuchillo

-Sí más o menos, peor bien saben todos que la única vampira que me interesa eres tú- dijo y la atraje a mí besándola apasionadamente..

Sentí como las teclas del piano hacían un estruendo y luego como se azotaba la puerta principal. Edward, Jasper y Alice, ya no debían de estar en la casa.

Así que, como buenos marido y mujer, Esme y yo nos fuimos a nuestra habitación y de hay no salimos hasta el día siguiente.

Tendría que agradecerles mucho a esas enfermeras ya que una Esme celosa es lo mejor.



¡FIN!
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Mensaje por Serena de la Luna Dom Jun 14, 2009 4:49 pm

bravo!!!!
uuuu eres genial amo este fic tuyo XD!!!
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